lunes, 25 de enero de 2010

Explicación falsa de mis cuentos. Felisberto Hernández




Obligado o traicionado por mi mismo a decir como hago mis cuentos, recurriré a explicaciones exteriores a ellos. No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una teoría de la conciencia. Esto me sería extremadamente antipático. Preferiría decir que esa intervención es misteriosa.Mis cuentos no tiene estructuras lógicas.A pesar de la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, esta también me es desconocida.En un momento dado pienso que en un rincón de mí crecerá una planta.La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón ha ocurrido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico.Sería feliz si esta idea no fracasara del todo.Sin embargo, debo esperar un tiempo ignorado:no se como hacer germinar la planta, ni como favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólop resiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esta destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador a quien no hara mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones o grandezas.Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona que vivirá quien sabe cuanto, con necesidades propias, con un orgullo discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia no las alcance.No sabrá el grado y la manera en que la conciencia intervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y enseñará a la conciencia a ser desinteresada.
Lo más seguro de todo es que yo no sé como hago mis cuentos, por que cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia.Pero también se que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda.


Este espectacular texto, pertenece al libro, "Cuentos reunidos" Felisberto Hernández, Eterna Cadencia editora, Buenos Aires, 2009.

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